Para parafrasearme de otra respuesta, si tomáramos todo el presupuesto militar de los Estados Unidos y lo dedicáramos a terminar con el hambre en el mundo, no estaríamos mucho más cerca de terminar el hambre de lo que estamos hoy.
El problema es que existen otras barreras además de la falta de dinero que nos impiden proporcionar a todos alimentos. Según la ONU, un tercio de la ayuda alimentaria se desperdicia debido solo a los requisitos de los donantes (Noticias de la ONU). Eso no incluye ayuda alimentaria que nunca llega a las personas que realmente la necesitan. Gran parte del dinero y los alimentos se pierden debido a la corrupción, la mala planificación, la falta de supervisión, la distribución inadecuada, las redes de distribución insuficientes, la falta de infraestructura de transporte, las instalaciones de almacenamiento mal equipadas, las malas políticas, etc. Estos son todos los problemas que deben abordarse , y más dinero no es necesariamente la mejor respuesta. Algunas cosas simplemente llevarán tiempo, lo cual es frustrante, pero podría ser mejor que dejar que la comida se pudra o enriquecer a los funcionarios corruptos.
Otro punto importante es que la innovación no tiene lugar en el vacío. Cuando hay una innovación en un campo, tiene ramificaciones en todos los demás campos. A través de estudios en protección del medio ambiente, podríamos encontrar una manera de mejorar de manera económica el suelo deficiente en nutrientes. Si todas las inversiones se dirigieran a acabar con el hambre en lugar de la protección del medio ambiente, es posible que esta innovación nunca se haya descubierto.
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Este no es un escenario descabellado. Si la sociedad hubiera decidido en la década de 1960 que no valía la pena invertir en computadoras, no tendríamos Internet, que se ha convertido en una gran herramienta para el desarrollo internacional.